Por: Mauricio Jaramillo Jassir
Existen pocos casos de tanto atrevimiento e ignorancia periodística como cuando el director de una mesa de trabajo radial habló en términos peyorativos de la Conferencia entre las Partes dedicada a la Biodiversidad en Cali (COP 16). Si bien el vanidoso comunicador habría sido despedido no sólo por éste, sino por una seguidilla de errores, el tema sigue evidenciando hasta qué punto en Colombia una extrema derecha sigue abusando de los canales de comunicación para imponer su postura negacionista respecto del cambio climático. Hay que recordar que esta derecha en el mundo- y ahora en Colombia- ha adoptado una postura de negación respecto al calentamiento global, ha atacado a activistas que defienden el ambiente y ha puesto en tela de juicio el propio esquema de desarrollo sostenible. Todo lo anterior ocurre a pesar de las evidencias científicas que son abundantes. Alguien tiene que decirlo sin complejos: la derecha es hoy negacionista respecto del calentamiento global, el pasado homicida de las dictaduras militares (Milei y Bolsonaro) y el genocidio en Gaza. Se trata de tapar, ocultar o relativizar la gravedad de temas que tocan los derechos humanos. Es tal el desprecio por estas garantías, que todo vale con tal de restarles peso, es una sofisticada forma de fascismo que rompe con los avances liberales logrados a través de la lucha de los pueblos y comunidades.
Medios como La FM, Bluradio, El Colombiano, y Semana, los más recalcitrantes y que en el último tiempo han develado su cara más sectaria en contra del progresismo, han decidido pasar por alto la relevancia de la COP 16 y se han dedicado al cubrimiento superficial. Hablar del encuentro con análisis de fondo significa ahora defender a Gustavo Petro o asumir una línea editorial pro gobierno. No se abren a los debates que muchas veces reflejan disensos dentro del mismo bloque progresista, por ejemplo, ¿qué tan relevante es insistir en la transición energética cuando el mundo sigue empecinado en demandar combustibles de origen fósil? ¿Qué significa qué Luis Inacio da Silva en Brasil se haya distanciado del esquema de la descarbonización de la economía como buena parte del progresismo latinoamericano? ¿No son temas que los medios deben cubrir, explicar y analizar?
Buena parte se ha ido por las raíces para insistir en que Petro utiliza la COP como cortina de humo o en favor de intereses personales o partidistas y no del Estado. No obstante, la cita que esta semana continuará en Cali debería tener debatiendo a toda la sociedad colombiana sobre conceptos como economía circular, descarbonización, transición energética y ecológica, nueva matriz energética o energías limpias. Nada de eso, todo se limita a que la conferencia de nada servirá porque no va a hallar soluciones de la noche de la mañana, poco importa que se tenga en mente una agenda de compromisos concretos relativos a la defensa de la biodiversidad y a su uso en términos sostenibles. Está en juego con la COP 16 la idea de que el medioambiente sea un tema única y exclusivamente del ideario progresista, mientras una derecha cada vez más anti derechos se da el lujo de negar un derecho consagrado en la constitución (artículos 79 y 80).
Asomarse a la COP, apoyar los esquemas y acciones de adaptación al cambio climático es un deber ineludible. Lástima que determinados medios, empecinados en la lucha contra los derechos asuman el anticientificismo como línea editorial.