Por: Óscar David Montero De La Rosa
Como nuestros padres y madres espirituales, Abu Santa Gil Dingula, mujer sabia del pueblo Wiwa de la Sierra Nevada de Gonawindúa se fue en la medianoche del 5 de noviembre de 2023 antes del amanecer, emprendió su viaje a Chundwua para seguir desde allí acompañando y guiando a sus hijos de la Sierra, a los Wiwa, a los kankuamos, koguis y arhuacos.
Abu Santa Gil, en su hogar. Archivo personal. Óscar Montero. 2022
Abu Santa, con más de 100 años, y conocida como "la vieja Saga" sigue siendo una de las máximas autoridades espirituales del pueblo wiwa y de la Sierra, porque nuestros muertos no mueren, van adelante abriendo el camino. Hoy viaja a reencontrarse con su madre Antonina Gil y su padre Felix Dingula y deja en esta tierra a siete hijos, 5 mujeres y dos hombres, pero no solo ellos, ella es la madre de todos nosotros.
Familiares de Abu Santa Gil, en su hogar. Archivo personal. Óscar Montero. 2022
Ella, una de las mujeres más sabias de la Sierra ha sido un gran libro abierto de sabiduría. Cuando llegábamos a su casa, a Theyunke, siempre nos recibía con una sonrisa allá en la piedra, en el sitio o en el fogón. Alegre con sus mochilas llenas de bojoticos siempre tenía algo guardado para darnos, para limpiarnos y protegernos.
Le gustaba mucho el pescado con guineo verde, siempre sin sal; así es la preparación y la dieta de nuestros mamos y sagas (sabedores y sabedoras). Ella, de pequeña estatura, con la mirada sincera y en sus manos tenía la capacidad equilibrar y armonizar la vida en la tierra y en otros espacios espirituales.
A la vieja saga le debemos mucho desde el movimiento indígena, a ella y a muchos hombres y mujeres sabios, sabias, mayores y mayoras, debemos agradecerles por salvaguardar día a día nuestra espiritualidad.
Abu Santa Gil, en su hogar. Archivo personal. Óscar Montero. 2022
Muy poco salía de la Sierra, y cuando lo hacía era para hacer una misión importantísima, trabajó mucho desde su pensamiento y desde lo espiritual para que fueran posibles algunos decretos y leyes para los pueblos indígenas, entre esos, el Auto 004 de 2009, el Decreto 1953 de 2014 y el Decreto 1500 de 2018, estos son los más conocidos y en ellos su sabiduría siempre supo guiar.
Además, ella fue la que nos ayudó a sembrar el informe del Centro Nacional de Memoria Histórica: Tiempos de Vida y Muerte: Memorias y Luchas de los Pueblos Indígenas en Colombia. En la piedra, esa mañana con el sol caliente, nos indicó que había mucho por hacer, que no estábamos cumpliendo con nuestra ley, y en gran medida las desarmonías, el desangre y lo que estaba pasando de mala muerte no estaba llevando al exterminio porque no estamos cumpliendo con el origen.
Abu Santa Gil, en su hogar. Archivo personal. Óscar Montero. 2022
Ha sido tan sabía que siempre tuvo claro su paso por este mundo, ya venía dejando su legado y preparando ese viaje largo a los otros mundos. Ella misma decía que hace más de dos años la estaban necesitando en otro espacio espiritual, ese pensar nos demuestra, desde nuestra sabiduría, que la muerte tiene su propia vida.
Abu Santa Gil es reconocida por ser una férrea guía de los procesos de las mujeres indígenas wiwas y de la Sierra, siempre estuvo pendiente de mantener en orden y en equilibrio la cultura en las niñas y las mujeres, porque ella sabía que nuestra pervivencia estaba allí.
Los que la conocimos y tuvimos la oportunidad de ser protegidos por ella, sabemos que siempre nos va a cuidar, que en los sueños nos seguirá guiando, seguirá contando y regañando para que cumplamos.
Abu Santa te seguiremos visitando y consultando espiritualmente para que nos sigas cuidando. Te visitamos con Suri Dahiana Montero Chate en enero de este año, nos bañaste en chirrinchi, limpiaste nuestras aseguranzas y nos pediste material de Suri para seguir pagando.
Abu Santa Gil, realizando trabajo espiritual con Suri Montero Chate. Archivo personal. Óscar Montero. 2022
Abu Santa gracias por tanto, que las aguas frías y cristalinas de las lagunas de la Sierra te reciban, que lo pájaros canten, que el sol y la luna sigan alumbrando tu camino. Nosotros aquí seguiremos danzando hasta que amanezca y oscurezca, y aunque no lo estoy haciendo desde la Sierra, sí desde otra tierra en donde tu palabra y semilla de enseñanza siguen aquí.
Iremos a llevar material para que estes tranquila y feliz, ya eres semilla, eres laguna y tierra fértil. Te danzaremos desde donde estemos los nueve días y las nueve noches para que el viaje sea bonito.
¡Vuela alto, Hassay Hassay...!