Por: Aiden Salgado Cassiani
Cuando éramos niños, nos enseñaron a festejar con alegría, en las escuelas, el día del descubrimiento de América. Nos disfrazamos de Cristóbal Colón y hablábamos de La Pinta, La Niña y La Santa María.
Nos enseñaron a querer y adorar a los europeos y a mirar como bicho raro a los indígenas aborígenes americanos y por extensión a los africanos y sus descendientes. Esa historia en mí, empezó a cambiar con la llegada al colegio en Barranquilla y luego, fuertemente en la Universidad cuando mis lecturas me acercaron a Simón Bolívar y José Consuegra Higis, y se amplió con mi vivencia en Venezuela, escuchando a Esteban Emilio Mosonyi y a Jesús “chucho” García que explicaban la historia de los pueblos aborígenes y el avance que habían alcanzado, su relación con la naturaleza, sus múltiples idiomas, su riqueza cultural que se fue perdiendo con la llegada de los europeos y cómo este evento que fue el inicio de su retroceso, despersonalización, pérdida y exterminio, y la reacción directa con su situación actual de pobreza, abandono y rechazo.
Aprendí más después, leyendo a Gelman Colmenares. Conocí qué causó el exterminio del 70% de la población aborigen (llamados indios por Cristóbal Colón quien pensó que había llegado a India);, las enfermedades que trajeron los europeos, el trabajo forzado (mitas y encomiendas), el cambio de clima por sus traslado de un lugar a otro y las guerras por los territorios. Luego de la desaparición de la población indigena llegaron los africanos.
La forma de “proteger” al aborigen fue la de traer a las y los africanos que, según Chucho García, fue una propuesta del religioso Fray Bartolomé de las Casas quien le propuso a la corona española traerlos por sus características físicas, la similitud en sus climas de origen y sobre todo, por conocer el manejo del oro. Esa extraordinaria idea fue el origen de la estructuración del sistema esclavista que tuvo como funcionamiento los asientos. Bajo esta propuesta fue claro que no había ningún interés en proteger a los aborígenes sino continuar con el saqueo del continente americano, lo que trajo consigo después también el saqueo del continente africano.
Lo cierto es que el saqueo causó la despersonificación de los aborígenes, todas las tierras y riqueza que tenían, quedaron en poder de los europeos como mandato divino y es la tierra que aún hoy poseen los Valencia, los Santos, los Arboleda, los Ilagori, los Diazgranado, los Vélez y todas las familias burguesas descendientes de criollos europeos, y que tienen son heredadas del robo que le realizaron a los aborígenes. Esa es una de las realidades que en esta fecha debemos recordar y dialogar.
Desde que se realizó un evento en el año 2005 en honor al 12 de octubre, reconozco esta fecha como el día de la resistencia étnica y no el descubrimiento de ningún continente. Ese día dialogamos y discutimos sobre ese momento y su impacto haciendo una lectura del recomendadísimo libro de Eduardo Galeano, LAS VENAS ABIERTAS DE AMÉRICA, y finalizando con el del gran Manuel Zapata Olivella, LAS CLAVES MÁGICA DE AMÉRICA ÉTNICA, CLASE Y RAZA, textos que demuestran lo desgarrador de ese encuentro perverso de dos mundos, que generó una economía globalizada con el continente africano y trajo también grandes consecuencias para ese continente; eso también fue escrito por el guyanés Walter Rodney en su clásica obra CÓMO EUROPA SUBDESARROLLÓ A ÁFRICA, ese libro es majestuoso africanismo y real.
Estas obras dan cuenta de las atrocidades vividas por la llegada de los europeos, pero Walter va más allá y con datos bibliográficos, nos demuestra que la pobreza del continente africano es el resultado de la riqueza de Europa. Es real y no casualidad que los países más ricos de este continente tuvieron que ver con el tráfico de esclavizados, junto con la su repartición en la famosa cumbre de Berlín 1884-85. Este evento fue la legalización de las colonizaciones y saqueo de los recursos naturales. La invasión de europeos a América, la trata transatlántica y el colonialismo explotador fueron fundamentales para el desarrollo del capitalismo, eso hay que decirlo, por eso los luchadores contra el racismo deben tener claro que es este sistema económico y social es el origen de la discriminación racial.
A la fecha de hoy no la podemos seguir llamando el descubrimiento de América, y no comparto que sea maquillado como el día de la diversidad étnica, creo en seguirla llamando día de la resistencia étnica, pero hay que meterles contenido a esos nombres, no podemos quedarnos en el eslogan y el cliché. Discutamos el origen de la pobreza del aborigen o indígena, discutamos la pobreza de los negros afrocolombianos y traigamos eso a la realidad de nuestro país, donde los hijos de esas personas racializadas, junto al hijo de pobres, blanco y mestizo llegó al gobierno junto a una mujer negra, gracias al apoyo popular; el mismo que hoy quieren desconocer los burgueses hijos de los esclavizadores. La fecha de hoy es para dignificar los esfuerzos del cambio que debe continuar con una gran fuerza ciudadana y un espacio de unitarios por el cambio para seguir avanzando, por una dignificación de las víctimas del día del encuentro perverso de dos mundos.
Desde el Palenque, un cimarrón, todavía.