Este municipio del Tolima es el tercer mayor productor de café de Colombia. Tras el acuerdo de Paz con las Farc, que cumplió 8 años la semana pasada, ha transformado su realidad al dejar para la historia lo que fue: un teatro de guerra y el pueblo donde hace más de seis décadas se fundó la guerrilla de las Farc.
Por Juan Sebastian Giraldo Guzmán
“Sentimos un dolor aterrador en el pecho cuando perdimos”, recuerda Camilo Enciso, gerente de la asociación de caficultores ASOPEP y habitante del corregimiento de Gaitania (Tolima), sobre los minutos posteriores al anuncio de la victoria del “No” en el plebiscito por la paz del 2 de octubre de 2016.
Aunque Planadas había sido uno de los municipios más vinculados al Acuerdo de Paz que se negoció en La Habana, Cuba, con las FARC-EP, el partido Centro Democrático del expresidente Álvaro Uribe utilizó su maquinaria política en los territorios para promover información falsa sobre el Acuerdo, instando a las poblaciones a que votaran por el “No”. En Planadas, por ejemplo, utilizaron la emisora comunitaria Musicalia Stereo, según testimonios de los planadunos. Los días previos a la votación, Planadas se dividió: el casco urbano, que nunca había sufrido una toma guerrillera, apoyó el “no”, mientras que Gaitania y toda la zona rural del municipio, respaldaron el “Sí”.
“Cuando se supo de la campaña que realizaron los del “No” para engañarnos, me dio asco. Mintieron a la gente diciendo que nos íbamos a volver como Venezuela y que las FARC nos iban a gobernar. Inventaron cosas con tal de ganar el plebiscito”, agrega Enciso.
Gaitania es el corregimiento más grande de Planadas, su principal motor económico y el lugar donde habita casi el 50% de la población del municipio. Sus tierras son parte importante de la historia colombiana pues allí, luego de la Guerra de los mil días (1899 – 1902), se asentaron indígenas Nasa liberales provenientes del Cauca, agotados por los enfrentamientos con los conservadores. Años después, se convirtieron en albergue de simpatizantes comunistas perseguidos por la Hegemonía Conservadora de la época, procedentes de diferentes departamentos como Cauca y Huila, que conformarían, posteriormente, las Autodefensas Campesinas del Partido Comunista y renombrarían, en 1955, a la región de Tamaro, en Gaitania, como Marquetalia, cuna de las FARC en 1964.
El territorio fue olvidado por el Estado y durante décadas vivieron no solo guerras con el ejército, sino también conflictos internos entre la guerrilla y los indígenas, que tras ser armados por el ejército, conformaron grupos de autodefensas. Sus montañas, productivas, se cubrieron de sangre y amapola, creando un escenario de horror para quienes crecieron allí.
“Había mucha guerra. Como indígenas y campesinos no podíamos trabajar nuestras tierras porque era peligroso. Había hambre y necesidades, y los niños ni siquiera podían ir a estudiar”, mencionó Olimpo Ramos, representante legal de la Asociación de Caficultores Indígenas de San Pedro Resguardo Páez de Gaitania y firmante del primer acuerdo de paz entre los indígenas Nasa y las FARC para el cese al fuego en 1996.
Paralelamente, el desinterés del Estado permitió que las montañas de Planadas se tiñeran de blanco entre 1988 y el 2000. Gaitania, Bilbao y Casco, territorios de Planadas, se convirtieron en los mayores productores de amapola en el Tolima, luego de que el frente 21 de las FARC trajera la semilla desde África. En Planadas se sembraron alrededor de 2.000 hectáreas de amapola, principalmente para la extracción del “látex”, una resina que, después de secarse, se convertía en heroína.
A inicios de los 2000, Planadas registró las tasas más altas de homicidio en el Tolima, solo superado por Chaparral, otra zona con alta influencia de las FARC. Para 2005, Planadas reportó 28 asesinatos, con una una tasa de 97 homicidios cada 100 mil habitantes, la mayoría de ellos ocurridos en Gaitania.
El corregimiento de Gaitania fue, durante más de una década, zona de operaciones de Alfonso Cano, referente político de las FARC-EP después de Jacobo Arenas y comandante máximo del grupo guerrillero luego de la muerte de ‘Tirofijo’ en 2008, hasta su deceso en 2011. El cerco militar contra él, en Gaitania y la zona vecina del cañón de las Hermosas, movilizó a más de diez mil hombres del ejército colombiano.
Durante esos años, unos de los constantes miedos de los habitantes era ser señalados como “sapos del ejército”, ya que era una de las razones más frecuentes por las que las FARC perpetraban asesinatos a civiles. Uno de los casos más estremecedores fue el de Pablo Emilio Parra, socorrista y coordinador de la Cruz Roja en Planadas, que en 2001 fundó una emisora comunitaria llamada Planadas Estéreo. El 17 de junio de 2001, en la vereda La Tebaida, encontraron su cuerpo con signos de tortura y asfixia y con un letrero colgando de su cuello que decía “por sapo”.
Un nuevo aroma
Estamos a 1450 metros sobre el nivel del mar y huele a café. El olor se extiende por las calles, los descampados y los comercios. El café parece habitar en las voces de los pobladores. Hablan de su grano y el crecimiento de la industria en el municipio, mencionan a los países interesados en su producto y se enorgullecen de ser tricampeones de la Taza de la Excelencia, la competencia más prestigiosa para cafés de alta calidad en Colombia. De su pasado violento no hablan mucho, prefieren pasar página. Cuando se les pregunta por este, insisten en que ya no son la cuna de las FARC, sino el hogar del café y la paz.
“Hace 10 años, se producía café, pero no era reconocido porque nos conocían por la violencia y ser cuna de las FARC. Ahora somos ejemplo a nivel nacional e internacional, nos conocen por nuestro café y la paz, así es como queremos que nos recuerden”, relata Adrián Pérez, secretario de Desarrollo Rural de Planadas.
El 26 de septiembre de 2016 se firmó en Cartagena el Acuerdo de Paz con las FARC-EP que permitió la desmovilización de 13.609 excombatientes, muchos de ellos de Planadas. En meses posteriores, respondiendo al primer punto del acuerdo, ‘Reforma Rural Integral’, se priorizó en Planadas la ejecución de uno de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial, (PDET), como promesa del Gobierno Nacional para solventar el abandono institucional en los municipios más afectados por el conflicto.
Desde entonces, la implementación del acuerdo ha tenido que pasar por múltiples obstáculos y fuertes detractores políticos, una de las causas que han provocado un avance mediocre; sin embargo, no inexistente.
Entre los avances destacados, se han invertido $1,3 billones en iniciativas de los Planes de Acción para la Transformación Regional y $3,2 billones en el Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de uso Ilícitos. Se han construido 16 emisoras de paz en el país y se han reconocido como víctimas cerca de 10 millones de personas. En el Gobierno de Gustavo Petro se han hecho esfuerzos significativos en el reconocimiento de víctimas, la sustitución de cultivos y la formalización de tierras. Además, su gobierno espera avanzar rápidamente en la entrega de tierras, como parte de la ‘Reforma Rural Integral’, primer punto del acuerdo de paz, para lo que dispone de una inversión de $41,6 billones, suma superior a la de gobiernos anteriores.
En términos de beneficios directos, en Planadas, luego del acuerdo, se fundó “Marquetalia, cuna de resistencia” o vereda “El Oso”, donde residen cerca de 100 excombatientes junto a sus familias. Los desmovilizados lideran proyectos productivos para el cultivo y comercialización de café a través de marcas como ‘El Tercer Acuerdo’ y ‘Marquetalia’. En 2022, recibieron del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y la Agencia para la Reincorporación y la Normalización, una trilladora de Micro-lotes de café. Por otro lado, el municipio al ser PDET, recibe grandes beneficios de cofinanciación de parte del Gobierno Nacional que han sido aprovechados para potenciar toda su industria cafetera.
El crecimiento de esta industria se ha enfocado principalmente en la producción de cafés especiales. Planadas fue pionera a nivel nacional en apostar por este tipo de cafés, obteniendo, a través de Astrid Medina, la Taza de la Excelencia en 2015. Actualmente, Planadas produce al año alrededor de 8 millones 400 mil kilos de café especial, siendo el principal productor del Tolima, donde más del 35% de su producción corresponde a cafés especiales.
Sin embargo, el mayor beneficio que Planadas obtuvo de la firma del acuerdo, fue la oportunidad de renacer como municipio y ser escuchados a nivel nacional e internacional.
“El proceso de paz, principalmente, nos brindó la oportunidad de ganar nuevos aliados y generar estrategias. Les daba temor venir aquí a hacer el ejercicio de la comercialización. A raíz de los acuerdos, nos visitan extranjeros, vienen interesados por el café. El valor agregado ahora se queda en el productor. Eso nos permitió impulsar las tiendas de café y dinamizar el comercio”, señaló Adrián Pérez, secretario de Desarrollo Rural de Planadas.
Corregimiento de Gaitania, en Planadas.
La reconciliación
Excombatiente y habitantes de Planadas reunidos en torno a la escultura ‘Ritual de la Reconciliación’ en el Día de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas.
La firma del acuerdo de paz, no solo buscó la paz a los territorios abandonados y fragmentados, sino que puso fin a la guerra, lo que fue el primer paso hacia la paz que buscaban y necesitaban las comunidades. Este proceso fue complejo, con reportes de varios excombatientes asesinados en los primeros años y riñas constantes entre víctimas y victimarios; sin embargo, en algunos territorios como Planadas, la armonía y el perdón ha avanzado.
“No te voy a negar que no había incertidumbre. Ya llevaban varios años sin confrontación desde que iniciaron los diálogos, ellos allá en su zona. Teníamos miedo de que, sabiendo que teníamos tan buen café en el territorio, montaran una exportadora de café y monopolizaran todo, pero no fue así. Después de la firma, los excombatientes llegaron a las zonas veredas sin saber hacer nada, todo les tocó aprenderlo de cero, entonces no tuvieron esa injerencia tan tremenda que temíamos”, comentó Carlos Enciso.
En octubre de 2019, la Comisión de la Verdad llegó a Planadas para desarrollar procesos en busca de la convivencia y no repetición. Se instalaron mesas técnicas de no repetición y cuatro módulos de pedagogía, historia, movilización social a través del arte y la cultura, e integración a través del deporte, acciones que lograron reunir en un solo lugar a varios actores del territorio.
“Hubo un momento en ese proceso de reconciliación en 2019, esa fue la verdadera reincorporación. Estábamos en una feria con una asociación de cooperativas de Canadá y era todo muy extraño porque en el primer stand, estaban los de la cerveza La Roja, y en el segundo, los del Tercer Acuerdo, dos marcas de excombatientes, pero al mismo tiempo en la tarima principal, el animador era un sargento del ejército, con su uniforme y todo. Luego a la hora de comer, todos estábamos en la misma mesa”, recuerda Enciso con nostalgia.
En el municipio existen dos esculturas en honor al proceso de perdón y reincorporación. La primera, instalada en octubre de 2021 en el parque de Gaitania, es el ‘Legado a la convivencia y a la no repetición del conflicto armado’, una obra de 12 metros de altura que representa los procesos comunitarios y los acuerdos por la paz. La segunda, instalada en abril de 2024 en el Parque Fundadores de Planadas, es la escultura ‘Ritual de la Reconciliación’, que representa el perdón entre las culturas a través de un abrazo.
Actualmente, el municipio conmemora tres días en honor al proceso de paz: el Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas (9 de abril), el Día de las Manos Rojas (12 de febrero) y la Semana de los Desaparecidos (primera semana de junio).
Los avances de la implementación del acuerdo de paz son revisados periódicamente por la Misión de Verificación de la ONU. Respecto al municipio, señalan: “Planadas hoy es un ejemplo de paz en el país. Hombres y mujeres que por décadas empuñaron armas ahora forman parte de comunidades que buscan la paz y la reconciliación. Comunidades que antes no tenían oportunidades cultivan café y promueven rutas turísticas. Aún existen desafíos para lograr una paz integral, pero Planadas trabaja en esa dirección”, declaró Carlos Ruiz Massieu, Representante Especial del Secretario General y Jefe de la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia.
El fin de la horrible noche y un amanecer cafetero
El Tercer Acuerdo nace de la reconciliación entre: indígenas Nasa Wes'x, excombatientes y caficultores de la región.
Uno de los primeros resultados palpables de la paz en Planadas fue la notable disminución de homicidios en el municipio. De una tasa entre los 80 – 100 homicidios cada 100 mil habitantes a inicios de los 2000, la tasa se redujo a tan solo 10 por cada 100 mil habitantes en 2013, tras iniciar los diálogos de paz en La Habana, Cuba. En lo corrido de este 2024, solo se han presentado 5 homicidios entre sus 27.453 habitantes, lo que representa una tasa de 18/100 mil.
Por otro lado, el café se convirtió en sinónimo de esperanza para Planadas, una industria movida por víctimas, reinsertados, indígenas; apoyada por el municipio, el departamento y el país; y anhelada por decenas de países alrededor del mundo. Las palabras de los habitantes de Planadas son la mejor muestra de lo que significa el grano para su pueblo:
“Con un sorbo a la taza de café, así comenzamos cada mañana en la comunidad indígena Nasa en el corregimiento de Gaitania. Eso es posible porque pudimos empezar a sembrar sin miedo”: Olimpo Ramos, representante legal de la Asociación de Caficultores Indígenas de San Pedro Resguardo Páez de Gaitania.
La paz se construye de la mano del café en Planadas y de eso no hay duda. En los últimos años, Planadas se convirtió en el mayor productor de café en el Tolima y el tercero en Colombia. Cuenta con 89 asociaciones de caficultores, 16 mil hectáreas de café sembradas y produce 24 millones de kilos de café por año, lo que representa aproximadamente $400 mil millones en ventas, sin tener en cuenta los cafés de especialidad y certificados (Orgánico, Fairtrade, Mano de mujer) que se venden un valor superior a la mayoría del café.
Las montañas son de color verde intenso y en ellas ya no hay ni sombra de la amapola. El café pergamino pulula por todos lados y las tazas de los campesinos siempre están llenas hasta arriba. Desde el municipio quieren seguir por esa vía, no volver a ser un pueblo abandonado y en silencio, sino alzar sus voces y crear esa nueva narrativa. Actualmente trabajan para potenciar su turismo a través de la ‘Ruta Marquetalia y Ruta de La Paz’ y se preparan para ser sede de la segunda versión de la Feria Internacional del Café, Tolima Corazón Cafetero, entre el 1 y 3 de noviembre de 2024.
No obstante, son muchos los retos que la comunidad aún debe afrontar y en el que espera, el Estado no se olvide ellos nuevamente, pues en lo corrido del año, se han identificado varios puntos en el corregimiento de Gaitania y Bilbao con pancartas y viviendas pintadas con mensajes alusivos a disidencias de las FARC.
Desde la Secretaría de Gobierno de Planadas, aseguran que no hay presencia de disidencias en el municipio, pero que sí han intentado tomar su zona rural como corredor desde los departamentos de Huila y Cauca. Un ejemplo de ello, ocurrió en agosto, cuando integrantes de las disidencias irrumpieron en una escuela rural de Planadas, en límites del Tolima con el Huila, para evadir al ejército. El acto fue repudiado por la gobernadora del Tolima, quien aseguró que esos hechos no podían volverse a presentar en el territorio.
Por ahora, la ilusión persiste entre los pobladores, conscientes en lo que ha significado la paz para su territorio: “Se lo expresé a Juan Manuel Santos en su momento, el acuerdo nos cambió la vida para bien porque hubo redescubrimiento de Planadas como zona productiva de café. Nos conocían solamente por el conflicto, ahora estamos en el paladar de todo el mundo cafetero”, concluyó Camilo Enciso, presidente de ASOPEP.