En las montañas de Caldono (Cauca), un municipio que registró más de 60 asesinatos de jóvenes entre 2022 y 2023, un proyecto simboliza el poder transformador de la paz. La Ciudadela Caminos del Sol, liderada por la cooperativa multiactiva ECOMUN La Esperanza del Pueblo, no solo ofrece soluciones habitacionales, sino que redefine la manera en que las comunidades afectadas por el conflicto reconstruyen su vida.
Por: Cristian Camilo Ubaque Calixto
Especial para la Revista RAYA
Colombia es el país con el mayor número de desplazados internos en el mundo después de Siria, con más de ocho millones de personas desplazadas forzadamente según la Unidad para las Víctimas. Para quienes fueron expulsados de sus tierras, la vivienda no es solo un techo, sino también un símbolo de dignidad y arraigo.
En este panorama, los firmantes del acuerdo de paz enfrentan un desafío adicional: además de reconstruir su vida, deben ganar la confianza de comunidades que a menudo ven con escepticismo su presencia. Proyectos como la Ciudadela Caminos del Sol buscan superar estas barreras al ofrecer un modelo integral que combina vivienda digna, sostenibilidad económica y cohesión social.
Giancarlo Moreno junto a otro firmante del acuerdo de paz, líderes de la Ciudadela Caminos del Sol
Giancarlo Moreno Flórez, representante legal de ECOMUN La Esperanza, explica cómo este esfuerzo colectivo busca trascender la simple construcción de casas: "Pensamos en la importancia de crear un espacio de arraigo territorial... que permitiera a los firmantes quedarse arraigados dentro del corazón de la vida comunitaria en Caldono".
La Ciudadela Caminos del Sol no es un asentamiento común. Cada aspecto de su diseño refleja la identidad cultural de las comunidades indígenas del territorio, en particular la del pueblo nasa. Las viviendas incorporan elementos de los tejidos tradicionales y están organizadas para respetar la cosmovisión local. Además, cada casa, de 70 metros cuadrados construidos y 30 metros de jardín obligatorio, está diseñada para adaptarse al entorno.
Mural en Caldono, símbolo de la cultura y la resistencia del pueblo nasa.
Moreno Flórez lo describe así: "No adaptamos el territorio a las viviendas, sino las viviendas al territorio... Este urbanismo es un reflejo de nuestra conexión con la naturaleza y la cultura local". El proyecto también incluye plazoletas, miradores y un diseño paisajístico que busca posicionar a Caldono como un destino turístico, reforzando la economía local y creando nuevos empleos para sus habitantes.
Vista de la vía principal de la Ciudadela Caminos del Sol, punto central de la comunidad
La resistencia como motor de cambio
La construcción de la Ciudadela enfrentó numerosos retos. Desde combates de los grupos armados ilegales, en cercanías, que obligaron a evacuar temporalmente al personal, hasta las dificultades financieras, pues el proyecto requirió una coordinación excepcional entre las instituciones y la comunidad. A pesar de ello, el equipo logró un avance notable, construyendo 22 viviendas al mes. Este esfuerzo colectivo resalta el poder de la persistencia en territorios que alguna vez estuvieron atrapados en el ciclo de la violencia.
Uno de los elementos más destacados del proyecto es su carácter inclusivo. La Ciudadela no solo beneficia a los firmantes del acuerdo de paz, sino también, involucra a comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas en su desarrollo. Esta integración es clave para eliminar prejuicios y fomentar la reconciliación.
Además, la Ciudadela se vincula a un corredor productivo regional que incluye diez resguardos indígenas, 25 empresas privadas y varias organizaciones comunitarias. Este modelo busca garantizar empleo para todos los habitantes de la Ciudadela y fomentar un desarrollo económico sostenible en la región.
El impacto de la Ciudadela Caminos del Sol en Caldono es evidente. En un municipio donde la violencia había alcanzado niveles alarmantes, con más de 60 asesinatos de jóvenes entre 2022 y 2023, la construcción de este espacio ha contribuido a una disminución del 80-85% en los índices de violencia. "Hoy podemos decir que alrededor de esta Ciudadela no se ha presentado un hecho de violencia. Es un modelo de construcción de paz que ha generado entornos seguros y mejores condiciones de vida", comenta Moreno Flórez.
Además, la Ciudadela ha permitido reconfigurar las relaciones sociales en el territorio, promoviendo un diálogo entre los firmantes del acuerdo y las comunidades receptoras.
Este proyecto se convierte en un testimonio vivo de cómo la reincorporación de excombatientes puede convertirse en el cimiento de una nueva realidad para territorios históricamente relegados por la guerra.
* Este trabajo periodístico se realizó gracias al apoyo de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN)